miércoles, 28 de mayo de 2008

Qué hacer cuando tu madre es menopáusica

He estado tratando de buscar algún manual que me oriente desde que la realidad me cayó como una cubeta de agua fría: mi madre está pasando por el proceso de menopausia. Aquella bestia temida por todas las mujeres... los calores, los "mood swings", la pérdida irremediable del tiempo que no volverá, la tercera edad. Entre la menstruación, el parto y la menopausia, Dios se pasó un poco con el castigo de Eva (fue una manzana, carajo!).

Súmele a este efecto natural el calentamiento global y el hecho de que ella de por sí es calorífica, y el resultado da por todos lados "nos jodimos". Hoy caí en la cuenta de que esto es algo un poco más serio de lo que parece, que va más allá de un termostato dañado. Cual si fuera Mr. Hyde, ella se transforma de un momento a otro, subiéndole el volumen a los boches, culpándome de las pandemias del mundo porque no tiene a nadie más a su alcance a quien gritarle. Y yo, como lo veía venir, susurraba para mis adentros "no es ella que está hablando, es la mierda esa que la controla". Pero no pude más y me reí a carcajadas ante nuestra impotencia mutua. Me desahogué con una risa alta y nerviosa, porque lo que viene no será tan fácil como lo pintan. Para qué fue eso...

La paciencia es un don del cual me siento bastante orgullosa. Y tener paciencia, mucha paciencia es mi único consejo si alguien que esté leyendo esto tiene el mismo inconveniente que yo. Simplemente para no explotar.

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