viernes, 22 de agosto de 2008

En teoría, una imbécil

Imbécil. La primera palabra que me vino a la mente cuando la pantalla me mostró el NO grande y rojo y la brillante puntuación de 60 que saqué en el examen teórico de manejo. 8 preguntas falladas de 20, el rabo entre las piernas y la sensación de ser la idiota más grande del mundo. Vergüenza, rabia, impotencia... pueden reirse, la estúpida que está escribiendo esto se quemó en el teórico. Qué clase de idiota tiene que ir a repetirlo? Todo eso es lógico, como pudiste ser tan bruta, Gabriela.

Imbécil. No tengo fuerzas para defenderme. De más está decir que me siento muy dolida. Pero me siento un poco engañada, a pesar de todo. Intersecciones y rebases son mi talón de Aquiles... eso creo, porque ni los imbéciles ni los inteligentes tienen derecho a saber en qué iban fallando (o ganando) mientras realizaban la prueba. Craso error, si la meta es que cada quien aprenda de sus errores en vez de promover el conocimiento en botella. Y lo próximo que tengo pendiente es que con la compra de mi carro tengo que ir corriendo a comprar un metro (de madera, 100 centímetros bien contados) para medir todas y cada una de las distancias que menciona el librito. Sabían que para efectuar un rebase debe haber una distancia lateral mínima de 1.50 metros entre usted y el vehículo que va a ser rebasado? Ay Dios! Y si dejé la regla en mi casa... cómo se supone que voy a manejar hoy? Recuerden niños que manejar sin medir distancias exactas es como cruzar un semáforo en rojo...

Dónde estaban las preguntas de la zona de hospitales, las vacas cruzando la calle, las de Ceda el paso, las estupideces con sentido que me presentaron ayer en aquel video? No sé, hoy me salió en pantalla lo innecesario para saber dominar el volante. Pero para la próxima tendré que estudiar, no dormirme en mis laureles, no subirme al pedestal (porque hoy me bajaron bruscamente de allá) y entrar con humildad ante todo, para no ser tan imbécil como hoy. Lo que espero es que con estas nuevas medidas se forme una generación diferente de conductores, más conscientes, dispuestos a medir distancias y a saber luchar por su derecho de paso.

Si de casualidad se asoman por Tránsito Terrestre y desean tomar su examen, recuerden esto. Son 20 preguntas de Sí o No, en pantalla te presentan diferentes situaciones en 3D y te preguntan si es correcta la actitud/maniobra del conductor X o si es multable o no. Sí, hay preguntas que se repiten dos y tres veces... Sí, se puede repetir el video en caso de no haber entendido bien... No, no hay forma de saber si vamos fallando en las preguntas... Se pasa con 70, se reprueba con 65 y recuerde que el AMET siempre tiene la razón, que no se pueden prender luces intermitentes en la lluvia y que a las vacas no se les toca bocina.

Buena suerte a quien vaya a coger su examen en estos días. De parte de la imbécil, nos vemos en 15 días...

11/9/08: Pasé!

viernes, 15 de agosto de 2008

Elitismo

Maquillaje, blusita, tacones, carterita, perfumazo, jeans, y lista para la guerra. Bajar con el tire, el flow, el salonazo, montarse en el carro con el aire a todo, musiquita, la noche de Santo Domingo toda espléndida, todos los semáforos en verde y llegar al sitio. La discoteca más trendy de la ciudad, luces brillantes, todos fabulosos... esperando apiñados en la entrada. Es así la cruda realidad. Como los engranajes de este país tan chic y caros se mueven en base al amiguismo, tenemos la irónica imagen de tres bouncers impidiéndole la entrada a algunas 20 0 30 personas k usted las ve bonitas, cambiadas, sin pinta de arrancados, con ropita de marca y dispuestos a gastar su dinero adentro en bebidas... y de momento dejan entrar a fulanito que llega de último, es cliente fijo y seguro tiene su mesa lista con la Grey enfriándose. Y tiene k aperrucharse entre los que esperan, tratar de pasar a duras penas, darle la mano a un bouncer para subir el escaloncito y evitar que la manada pase por el camino que ha dejado marcado.

Pero al final qué pasa? Que todos entramos. Nos dejan 15, 20, 30 minutos afuera para sentir un poco de impotencia, pero esta es la parte en que de repente la mano del destino (y del segundo bouncer) señala "tú, tú, tú" y las aguas se abren para que subamos el escalón y entremos. Y es así. Son ganas de restregarnos en la cara que los VIP son mejores que el vulgo... y ganas de ellos de no hacer negocios, porque cada momento en el que 30 personas están afuera, son 30 personas menos consumiendo en ese momento. Do the math... Es una maniobra un poco estúpida e insoportable, pero es el precio de vivir en una sociedad elitista y de creerse alguien, la crême de la crême, el rey tuerto entre los ciegos. Y a todos nos falla siempre la memoria a corto plazo.

Nevera

Hay un momento diario en el cual me dirijo a la nevera sin pensarlo mucho y la abro sin propósito alguno. No determino cual puede ser el móvil de esta acción.. tal vez quiero comida pero no sé que elegir, probablemente espere una sorpresa culinaria, o quizás una respuesta de vida. Pero es así: me pierdo unos segundos entre los barrotes blancos, los potes de agua, los recipientes con comida, las verduras, el jamón y el queso, el cartón de jugo.. y es un momento de total existencialismo donde pretendo buscar algo que sé que no va a estar ahí.

"Cierra la nevera si no estás buscando nada muchacha, que se va el aire" es el mandato que me hace aterrizar en temperaturas reales y en la brusquedad del hambre no correspondida.

sábado, 9 de agosto de 2008

El iPhone sin minutos

Imagine por un momento que no tiene minutos. Necesita hacer por una llamada un tanto urgente, y la persona más cercana a usted tiene un iPhone. Se acerca a pedirle un minuto, y la persona en cuestión le contesta "Yo no tengo minutos". No le choca un poco el hecho de que esta persona haya gastado un dineral en un aparato como el iPhone, para después activar un plan de tarjeta?

Estoy hablando en forma hipotética, pero no pongo en duda que esto pueda pasar. Más en este país donde la mayoría vive del cuento y la apariencia. Las calles llenas de jeepetas sin gasolina, hombres con corbatas Armani al cuello y un plato del día en el estómago, mujeres con una cartera Fendi llena de deudas, niños malcriados sacando su PSP de una mochila rota, más muchachos asistiendo a colegios "in english", donde les hablan de la supuesta realidad de nuestro país "still in english", jovencitos que van a la discoteca mas chic de la capital a tararear las canciones de moda en inglés machucado... Y por supuesto, un brazo ensacado bajando el vidrio de su automóvil modelo 2009 para comprar una tarjeta de 100 pesos.

El hecho de que no tenemos dinero para lo básico, de que nos lleva el diablo y se está hundiendo la isla se combina con el hecho de que nunca faltan unos billetitos pa'l can y pa' vivir de la apariencia.

"Y para qué vas a mandar mini-mensajes, si puedes chatear o usar tu Blackberry Messenger? [...] Procura que tus amigos más cercanos tengan un Blackberry para que puedas hablar con ellos sin tener que mandarles mensajitos"
Fragmento de una conversación de ascensor entre estudiantes de administración.