viernes, 15 de agosto de 2008

Nevera

Hay un momento diario en el cual me dirijo a la nevera sin pensarlo mucho y la abro sin propósito alguno. No determino cual puede ser el móvil de esta acción.. tal vez quiero comida pero no sé que elegir, probablemente espere una sorpresa culinaria, o quizás una respuesta de vida. Pero es así: me pierdo unos segundos entre los barrotes blancos, los potes de agua, los recipientes con comida, las verduras, el jamón y el queso, el cartón de jugo.. y es un momento de total existencialismo donde pretendo buscar algo que sé que no va a estar ahí.

"Cierra la nevera si no estás buscando nada muchacha, que se va el aire" es el mandato que me hace aterrizar en temperaturas reales y en la brusquedad del hambre no correspondida.

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