lunes, 4 de febrero de 2008

Ciel/Enfer

Son acaso el cielo y el infierno inventos mercadológicos de la religión?

Pensemos un momento en el concepto literal del cielo y el infierno en el catolicismo. El ser humano nace y después de un tiempo más o menos largo se muere. Después de la muerte, irá al cielo o al infierno según la magnitud de sus pecados. El cielo generalmente tiene como escenario las nubes, puertas de oro puro, ángeles flotando en la eternidad y querubines que tocan el arpa, azul celestial siempre; el infierno está bajo tierra, encerrado en la infinidad de una cueva gigantesca, iluminada sólo por el resplandor macabro de fuego en el fuego, azufre, cámaras de torturas atemporales, y la risa de un diablo color sangre retumbando en cada resquicio de las piedras...

Un gran error de la humanidad es interpretarlo todo literalmente. Pero aún así nos dejamos engatusar por este concepto tan terrenal que se tiene sobre nuestro destino post-vida. Es más, quizás nos aferramos a esto para no pensar que la existencia es finita. Nadie sabe si tendremos otra oportunidad para resarcirnos...

Pero surge la interrogante: si te gusta el fuego, el infierno será un castigo o una bendición para tí?

Pongo el ejemplo de los kamikazes, quienes eran soldados de la 2da Guerra Mundial que cometían ataques suicidas en aviones contra sus enemigos. Ellos actuaban bajo la premisa del honor: morir por la patria, en combate, era algo altamente venerado. Entonces, si toda su vida el kamikaze tiene esta mentalidad, para él el suicidio será una buena acción. Cómo va a ser que al comienzo de la muerte su alma se encuentre ante las puertas del infierno? La falta de relatividad en este tema apela a la ignorancia de la mayoría.

Otro ejemplo: el 11 de septiembre del 2001. Los talibanes que secuestraron los aviones lo hicieron por un fin divino. El premio de Alá los esperaba en el más allá. Es cierto que fue un crimen atroz, y yo no voy a negarlo, pero ellos habrán ido al cielo o al infierno? INFIERNO, INFIERNO... puedo oir los gritos de la multitud voceando "infierno" y posiblemente escuche el sonido de una piedra rompiendo mi cráneo por proferir blasfemias, pero yo sostengo que si ellos hicieron una acción considerada como divina para ellos, tendrán que ir directo a "su" cielo.

La Iglesia pretende tenernos de borregos, pastoreándonos hacia el establo de la irracionalidad... Quién asegura que se nos va a condenar por vivir una mala vida, si a nosotros mismos en nuestro interior nos parece bien? Cómo un ser como Dios, que tiene la capacidad divina de perdonar, va a señalarnos con el dedo? Cuáles serán los parámetros técnicos para juzgarnos?

La fe no puede ser impuesta. Si alguien es ateo, de qué manera Dios lo va a castigar, si Dios no existe en su cabeza?

Todo este concepto de paraíso/infierno está confeccionado como para asustarnos. Cada quien, en mi opinión, tiene su cielo y su infierno personal. O si no qué es el remordimiento de conciencia o la falta de libertad sino un infierno en vida? Nada debe ser tomado como un absolutismo. Eso crea problemas.

Ya que sabemos lo que es 'bueno' y 'malo', vivamos. No en función de lo que habrá después de la muerte, sino en lo que tenemos aquí y ahora. Si haces algo malo, será problema tuyo, infierno tuyo. Si haces lo bueno, paraíso para ti... o algo así. No pretendo descifrar la vida, solamente pensar un poco.

1 comentarios :

  1. Peny^Bella dijo...

    Tú siempre tan tú Gabiña... me encantó y estoy 100% de acuerdo con vos!!