miércoles, 26 de noviembre de 2008

Viva la Yuca

Escribiendo en vivo desde clase de sociología. Estamos hablando de la religión, en este momento del politeísmo. Y ahora lo comprendo todo, he descubierto el secreto a voces, la llave maestra, la luz que ilumina tantas dudas de por qué los dominicanos somos como somos.

En las sociedades antiguas, el fenómeno politeísta se da porque los humanos primitivos buscaban algo a qué aferrarse, para así poder entender el porqué de su existencia dentro de su oscura cabeza. Y qué mejor que todo lo que los rodeaba? Así, desde que el sol les abría los ojos y salían a caminar por la terraza de su cueva, el agua les saciaba la sed, las plantas le daban sombra y comida, etcétera, ellos entendieron que ahí había algo.

De esta forma, y por no querer citar más ejemplos al ser éste el más relevante, vemos cómo los egipcios, una de las civilizaciones más florecientes de la Historia, se apropió del sol (una fuente de vida, calor y luz, qué trinidad tan potente para gobernarnos a todos) como su deidad máxima. Y miren cómo les fue.

Sin embargo, los primeros habitantes de este terruño, los gloriosos taínos, a quién escogieron como el mandamás, el papaúpa de su matica, el gran jefe, el líder de su tribu? A nada más y nada menos que a la yuca. Al señor Yucahú, un "tubérculo que procede de un arbusto que se cultiva en los países tropicales de América, Africa y Asia. Presenta una carne de color blanco, recubierta por una corteza de color pardo o marrón oscuro y de aspecto leñoso".

Las acciones de hace tantos cientos de años todavía pesan. He aquí la prueba.

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