jueves, 17 de abril de 2008

Fake Story #2: Dignidad? No, gracias

A pesar de pretender ser un docente, ese azaroso es realmente un buscador de esclavos. Bajo su disfraz de estúpido sin límites, sabe más que nosotros, que pretendemos llevarnos el mundo por delante. Encontró uno que escribe y borra la pizarra, par que enseñan de gratis (a pesar de que ese servicio es altamente agradecido por el resto), y dos que lo alimentan. Sí, dos personas que, cual si fuera la época de encomiendas, se subyugan ante el látigo y entregan su oro al jefe. Todo por una maldita letra A en un pedazo de papel.

Nunca supe qué tan ciegos estábamos. Pero la fe en la justicia divina todavía no la pierdo. Ojalá que venga en forma de una patada fuerte en los granos de ese poco hombre, mal nacido, sarnoso, aquella garrapata del destino que mancilla con su sonrisa de mierda el título de profesor.

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