martes, 22 de abril de 2008

Fake Story #3: Lotería

En un banco, una mujer es atendida. Como el perímetro de la fila está vacío, hay una niña cualquiera que se divierte correteando por debajo de la cinta elástica y entre los postes de metal. Mientras corre, empieza a gritar números sin saber contar.

"Veintinueve, veintiseis, trece, veintisiete, siete...", va diciendo, sofocada por el hecho de estar saltando en círculos.
El guardián del banco dice: "Bueno, esa niña como que está gritando los números de la lotería" y se ríe.

La mujer, atenta a su transacción, siente un llamado ligero del destino, anota en el dorso de un papel seis números de los que vocea la niña y lo guarda. Más tarde, ella cruza a la farmacia para comprar Winasorb y jugar un Loto. Ella sabe que en el bolsillo está el papelito garabateado, pero le hace caso omiso a sus instintos y pide un boleto automático. "Yo no estoy tan desesperada", se dice a sí misma.

Pasa el fin de semana y el billete de Loto de la mujer va a sumarse a los millones de billetes estrujados en el basurero.

[...]

Es lunes. Alguien bebe café mientras lee el periódico. De repente, deja la taza sobre una página para volver en un rato. Un círculo rojo con el número 29 sirve de portavasos perfecto a la taza; unas manchitas de café se esparcen entre los círculos con el 7 y el 13, y el encabezado de Números Ganadores Del Sorteo se burla de las coincidencias de esta vida.

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